miércoles, 24 de septiembre de 2008

Heather: excesiva preocupación por sí mismo.

Heather – brezo, calluna vulgaris
Emoción a tratar: preocupación por si mismo.
Grupo: flores para la soledad.

La persona “brezo” se centra en sus problemas personales o en sus propias enfermedades girando toda su vida en torno a este monotema sin poder intercambiar opiniones con otras personas o extrapolan cualquier pequeña circunstancia que les sucede haciendo un mundo de un grano de arena. A esto hay que añadir la necesidad de contar a los demás sus grandes calamidades, el problema surge cuando la conversación es solamente de ida, no hay reciprocidad por lo que hablan y hablan y hablan de sus males, en ocasiones, bastante exagerados… pero no escuchan. Por lo tanto necesitan constantemente estar cerca de alguien para contarle sus problemas o inquietudes… pero la gente les huye por lo que, al final, se encuentran lo que temen: estar solos pues, normalmente, este tipo de personas dejan exhaustos a los que les rodean además de mostrar una total falta de interés por los ajenos.
Son personas “desnutridas” emocionalmente, con graves carencias de afecto en su infancia que produce miedo a la soledad, supliendo esta carencia con una forma de vanidad o egoísmo hipocondríaco que no les ayuda a resolver la situación, sino todo lo contrario.
Estas aptitudes se manifiestan, principalmente, en sordera, problemas respiratorios. También es muy útil al comienzo de graves enfermedades donde esta causa domina todos los pensamientos.
Puede ocurrir que la persona no se ajuste a este perfil y sin embargo necesite la esencia pues padece una enfermedad creciente, una depresión grave, crisi de ansiedad, migrañas que centran en ella su atención y la de su familia.
El doctor Bach dice sobre esto: “cuando algo dentro de nosotros, una enfermedad por ejemplo, acapara nuestra atención, es muy adecuado el uso de esta esencia ya que además de no estar bien no queramos estarlo y lo que queramos sea pensar en el “yo” y “en lo que estoy sufriendo”, heather es muy útil para erradicar ese “yo”.
En esta sociedad actual todo nos dirige al autocentramiento, es decir, a mirarnos continuamente el ombligo acrecentando tremendamente nuestro “yo” en detrimento de los demás, llevándonos a un aislamiento-soledad porque “lo mío es lo mejor y no necesito de nadie”: es el mal de esta sociedad.
Al tomar la esencia desaparece el pequeño “yo” dominante y egocéntrico para dar lugar a la comunicación con todos y con todo permitiéndonos fluir más libremente.

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