viernes, 15 de enero de 2010

Mariposas, viajes... transformación.

Aunque la gran mayoría pertenecemos a una determinada religión y, aunque normalmente cada religión nos habla de un más allá a donde iremos después de esta vida, a pesar de suponer que esta idea la tenemos integrada… llegado el caso en que alguien de nuestro alrededor, cuanto y más si es un ser querido se va a ese “más allá” ¿qué ocurre? ¿nos alegramos por ese feliz viaje? O, normalmente ocurre lo opuesto completamente. Entonces ¿dónde están nuestras creencias? ¿tenemos en cuenta que esa persona-ser queridísimo nos está viendo y sintiendo todo el drama que estamos montando? ¿le va a hacer gracia o, más bien, estaremos retrasando su viaje por nuestra actitud?
Averiguando los símbolos que rodean a la persona que se va a ir, estos nos indican todo lo contrario de lo que esta sociedad tan sumamente materialista nos ha inculcado (el miedo a la muerte). Bien, estos símbolos son manifestaciones de libertad, alegría, incluso diría ¡de fiesta! Y no es de extrañar si pensamos que es el retorno de vuelta a casa… Los símbolos se convierten en mariposas, viajes al extranjero, nacimiento de un nuevo ser, mudanzas a una casa de lujo en la mejor zona…
Nos dicen los maestros que deberíamos llorar cuando alguien nace y alegrarnos por el que se va pues en esta vida venimos a aprender y vivir experiencias, las cuales pueden llegar a ser muy duras y, en cambio, en el más allá es donde está nuestro verdadero hogar y, aunque el espíritu vive allí y aquí, nuestra percepción, al identificarnos con la materia, es de limitación y en muchas ocasiones de oscuridad, problemas, crisis, etc… esto es lo que hemos de trascender e intentar saber que nuestro verdadero origen está “allí” .
Y para ayudarnos en este proceso vamos a ver qué flores nos van a ayudar tanto para quien se va como para quien se queda:

ASPEN, la mejor flor por reconciliarnos con el más allá
MIMULUS, miedo al viaje mal entendido por muerte
WALNUT, ayuda a adaptarse a la nueva etapa
AGRIMONY, para aceptar la realidad y estar en paz
HOLLY en casos de rabia
WILLOW también para resentimientos o no aceptación del momento
PINE, para la culpabilidad que puede generar la situación
SWEET CHESTNUT en caso de extrema angustia
HONEYSUCKLE para evitar los lazos con el pasado
GENTIAN para vivir el momento con más optimismo y compenetración con el ser interior.
CHICORY para dejarse fluir
RESCUE REMEDY, desde luego para todo el proceso.

Deberíamos trascender las apariencias, ver lo que realmente está ocurriendo y ¡vivirlo como tal! En una ocasión viví la experiencia del viaje de un ser muy querido, posiblemente fue más fácil pues ya era el final de su vida, por lo que fuera lo viví como una experiencia maravillosa. Me negué a celebrar el ritual funerario pues pienso que solo se le rinde tributo al cuerpo y todo lo demás no cuenta. Por lo tanto me gané una buena amonestación pero lo que conté luego creo que mereció la pena: el día de su entierro yo estaba en el campo imaginando, creo que sintiendo como ese ser mutilado y semiparalizado en la vida de aquí, con una cara de completa felicidad y sonrisa de pillo surcaba los cielos, lleno de LUZ y colores, rodeado de seres celestiales… pues casualidad o no, exactamente a la hora de su entierro y sin que hubiera una nube en el cielo, en el horizonte apareció un arco iris…
Por favor, dejemos de sufrir y llorar por quien se va pues, como dice Ramacharaka, no hay muerte ¡SOLO HAY VIDA, VIDA, SEMPITERNAVIDA!
Tu verdadero ser no sufre ni se identifica con este mundo material, EL VIVE EN-Y ES LUZ Y AMOR INFINITOS.

4 comentarios:

Pilar Vidal Clavería dijo...

Querida Puri,

Leyendo tu entrada y las Flores de Bach que recomiendas me he dicho si falta Star of Bethelehem y es la primera esencia que yo sugeriría para las personas que están en el proceso de un duelo. Y me ha aparecido una reflexión, pienso en Star of Bethelehem porque seguimos asociando a la muerte con una situación traumática.

Un abrazo

puri dijo...

Querida Pilar, efectivamente vuelves a tener toda la razón, es más te estaba esperando pensando en cual me faltaba je, je; claro que lo primero en que pensamos es en el trauma tanto del que se va como de quien se queda pero esa es la enseñanza recibida durante mucho tiempo y el gran apego que tenemos a lo material.
Visto de otro modo, si a un ser querido le invitan a un largo viaje a la vuelta del mundo en clase de lujo con todo pagado y a lo grande, en cierto modo nos apenaría algo "separarnos" -desapegarnos- de esa persona pero por lo demás nos alegraríamos enormemente de su fortuna e, incluso, lo celebraríamos ¿no?
Entonces porqué los lamentos, lloros y caos que nos organizamos internos cuando nuestras creencias nos dicen que va a un lugar tan, tan ideal, maravilloso? algo no cuadra.
Cada vez me doy más cuenta de lo que "aprendemos" en la vida física y lo diametralmente opuesta que está de la vida espiritual... si yo creo por encima de todo en Jesús-Cristo cuando nunca le he visto y una persona se va a ir con El ¿donde cabe el dolor? ¿no será un acontecimiento muy al contrario?
Si has viajado a la India, allí lo ven como un proceso más natural, como un proceso de cambio o de vuelta al origen ¿no es así?
¡hay tantos moldes y conceptos que romper! pero quizá éste sea el que más daño hace, precisamente por su falsedad, por lo extendido que está, el qué dirán...
Cada vez estoy más contenta con las flores pues, como otras filosofías de vida nos dirigen al verdadero Yo y ahí no hay pistas falsas.
Un gran abrazo.

puri dijo...

Lo que se entiende por miedo a la muerte como fin de la existencia, de la que sea viene de la personalidad, es decir, la parte más inferior de cada uno o ego, surge el miedo y ¡con razón! porque él ¡sí que desaparece! pero igual que desaparece una parte de nosotros en cada cambio sea pequeño o grande.
La cuestión está en distinguir ¿quien sufre? ¿qué es lo que va a desaparecer y qué es lo infinito, eterno...? y luego está el identificarnos con según qué parte, si la pasajera y mundana o la espiritual, eterna.
En fin, continuará...

Miguel dijo...

Puri, muy interesante la exposición que haces sobre la muerte. Realmente es como si sufriéramos un gran disgusto y hicieramos un funeral a un abrigo viejo que ya no vamos a usar o a los restos que sobran de comida.
Incluso pienso si no nos inducen a esos melodramas... por intereses creados para obtener pingües beneficios las funerarias que ¡ojo lo que cobran!
En fin, gracias que, cada vez se va normalizando esta situación y se toma, en la medida de lo posible, com más serenidad.
Saludos.