martes, 13 de abril de 2010

AMOR Y PERDÓN.

Caminando por la vida podemos observar, aunque parezca lo contrario, que TODOS estamos necesitando de estas dos emociones o energías sutiles, las más elevadas y, ansiosamente, las buscamos fuera… cuando, realmente las llevamos en lo más profundo de nuestro ser pero no lo sabemos o, en el mejor de los casos, no somos conscientes.
En estos tiempos tan revueltos estamos asistiendo al proceso de cambio de dos eras: la era de Piscis dando paso a la era de Acuario. Esto no se produce de forma inmediata sino que lleva un proceso de muchos años, siendo actualmente el meollo del cambio de las dos eras. Quizá sea esta la explicación, el caso es que, desde todos los estamentos o capas de la sociedad, se habla de cambios… lo cierto es que la nueva era trae unos cambios completamente distintos a los anteriores como es la globalización de forma que ya desaparecen las fronteras, todo se comparte, hay un cambio de ideas, incluso de dimensión, estamos muy cerca de traspasar tantas barreras que, incluso, podremos comunicarnos por telepatía… aunque todavía falte tiempo para ello.
Este cambio de eras nos va a obligar a tomar cambios dentro de nosotros si o si y uno de los más destacados consiste en abandonar nuestros antiguos egoísmos, reservas, independencias, autosuficiencias… para integrarnos en un TODO, eso sí, sin perder nuestra identidad. Es decir, se plantea un salto cuántico hacia… EL AMOR UNIVERSAL.
Y como este es un sentimiento muy elevado, la mayoría no estamos preparados para recibir esta energía tan sutil y elevada, es decir, observando todo lo que ocurre alrededor, la conclusión siempre es la misma, solamente funciona lo que se basa en el amor, altruismo, vuelve el trueque, se prefiere ganar menos pero vivir mejor. Se comienza a valorar más las relaciones afectivas que las posesiones materiales…
Y una forma muy efectiva de recibir ese gran chorro de energía amorosa a la que estamos obligados es PERDONANDO pero principalmente a nosotros mismos. Casi diría que es la otra cara del amor. Pero ¡cuidado! No hay que buscarlos fuera, hemos de desarrollarlos dentro de cada uno. Como dijo alguien “están más cerca que los dedos de tu mano”. En cuanto los vayamos desarrollando internamente, veremos cómo florecen en el exterior por doquier.
Y para ayudarnos en la tarea vamos a ver qué flores nos benefician:
HOLLY, la flor del amor universal, curiosamente es el símbolo de La Navidad. Abre el chakra del corazón.
CHICORY, el amor maternal, la gran madre, se relaciona con la naturaleza. Muy útil también para "ellos" pues tienen su buena parte femenina.
WILLOW para la responsabilidad o para aceptar las consecuencias de actuaciones, incluso, de otras vidas. Ayuda a perdonarnos y perdonar.
PINE, como no, para perdonarnos, principalmente a niveles inconscientes y ayudarnos a avanzar y aceptar el amor.
Pueden ser otras tantas dependiendo de cada uno: MIMULUS para el miedo… aunque sea bueno lo que viene, ROCK WATER para evitar la autoexigencia y abrirse a lo bueno de la vida, LARCH para sentirnos capaces de recibir lo mejor…
Y termino con una frase que deberíamos grabar en la frente, en la mente y en el corazón:
“NO TENGAS MIEDO EN TUS RELACIONES, SIMPLEMENTE AMA: AMA TODO EL TIEMPO Y PERDONA SIEMPRE”

lunes, 5 de abril de 2010

Impaciencia

Me comenta Alba María sobre una cuestión curiosa: piensa que, en poco tiempo, podrá quedarse embarazada lo cual le alegra enormemente.
Con esta idea estaba cuando el mes pasado, le tocaba tener la menstruación pero, en su lugar, ¡apareció una ovulación! y de una forma muy notoria; pensó que podría ser un desajuste ocasional pero la regla no aparecía y si ¡otra ovulación y otra más! fue cuando me consultó pues estaba algo asustada ya que tenía sensaciones muy fuertes en toda la zona ovárica, sin llegar a ser dolor; interpretaba que el asunto no tenía pinta de ceder pues es como si "el cuerpo estuviera dando múltiples opciones para llevar a cabo el embarazo".
Tomando en cuenta su idea, le hice un preparado con impatiens para la impaciencia... del cuerpo y mustard pues es un gran regulador hormonal.
Al cabo de unos días me comentó que estaba mucho más tranquila, se le habían pasado las molestias y ya le había bajado la regla.
Al mes siguiente, confiando en que todo se había regulado, ya no tomaba las flores pero ¡le volvió a ocurrir lo mismo! A la primera ovulación me pidió otro preparado el cual le volvió a hacer efecto de inmediato.
¡cómo son las flores... y el subconsciente! Ahora ya espera con calma y serenidad su próxima etapa.
¡Felices Pascuas!