domingo, 8 de mayo de 2011

Soplan fuertes vientos de cambio.

La vida, básicamente, es un continuo cambio pero, últimamente, es unánime la voz, desde cualquier punto de la sociedad: ciencia, economía, política, filosofía, naturaleza… que habla de transformación, cambios, nuevas estructuras, nueva era, incluso se habla de un salto cuántico a la cuarta… quinta dimensión, todo esto sin contar con los más agoreros del final de los tiempos (esto me ha acompañado toda la vida y he sobrevivido a todas las hecatombes anunciadas).

No hace mucho se vivía con muy poco, los armarios eran de dos puertas… pequeñas, se utilizaba una pequeña maleta para viajar y la ropa, entre otras cosas, se cuidaba mucho y duraba años y años. El núcleo familiar estaba compuesto por el padre, la madre y los hijos, en algunos casos los abuelos y era para toda la vida así como el mismo trabajo.

Pero hoy se vive al momento: esto necesito, esto utilizo y si no ¡lo tiro! Como dice el anuncio, nos pasamos la vida cambiando de trabajo, de pareja (el 60 y pico % de los matrimonios termina en divorcio), al emparejarse de nuevo se aportan los hijos de las anteriores parejas de forma que éstos se encuentran con más hermanos, pueden tener dos padres, dos madres, más abuelos… son como familias sin fronteras ni límites, más ¿globales?

Podemos estar cambiando hasta de concepto en las ideas más básicas.

Ahora más que nunca es cuando nos van a beneficiar las flores: MADRESELVA/SONEYSUCKLE para integrar el aprendizaje del pasado en el presente en lugar de ver el presente “con los ojos de ayer”.

WALNUT, la archifamosa flor de los cambios, nos ayuda a adaptarnos a las nuevas circunstancias y tener claros nuestros objetivos, sin que nos influyan los de los demás.

IMPATIENS, para vivir el momento con más calma.

CHESTNUT BUD, para no pasar de puntillas o cerrarse a lo nuevo pues lo importante, en definitiva, es aprender.

AGRIMONY, ayuda a estar receptivos y no enmascarar el cambio.

GENTIAN, veremos la parte positiva de la nueva etapa.

SWEET CHESTNUT, para los mega-ultra-cambios. Esta flor es fundamental en estos momentos pues los cambios son tan profundos y trascendentes que nos pueden producir angustia, en ocasiones, extrema. Seguramente la estemos necesitando casi todos.

Estas podrían ser algunas de las flores apropiadas (según los casos) pero, si después de éstas, seguimos sin adaptarnos, tendríamos que contemplar las flores para el orgullo-soberbia:

BEECH, resistencia a lo nuevo, pensando que puede ser malo (alergias de todo tipo), rechazo.

WATER VIOLET, como yo no necesito de nada ni de nadie, me basto y me sobro pues me aíslo y ¡se acabó el problema!... pero el hombre se desarrolla en sociedad, es como saca mayor partido de sí mismo, de esta forma consigue ser feliz. Si nos observáramos, muchos problemas que tenemos se resolverían si bajáramos el listón de la independencia y autosuficencia, entre ellos problemas de ojos o de oídos, de piel… quizá sea el mayor problema de la sociedad, tanta arrogancia y prepotencia, pero cuidado porque no se reconoce, se cuela muy sutilmente y parece que no existe. Es el último defecto a erradicar porque a ver quien se reconoce a sí mismo como el peor enemigo.

ROCK WATER, cuando nos creemos con una misión especial, por encima de los demás y, claro, tenemos que dar ejemplo de pureza espiritual, represión (emocional, física), austeridad… y si los demás no hacen lo correcto… es que están perdidos… bueno, es una forma un poco exagerada para entenderlo mejor. El problema es que se pierde en las formas alejándose del verdadero camino espiritual. Ayuda a ser como el agua (flexible, adaptable buscando siempre la solución más fácil) en lugar de ser como la roca (nos habla de rigidez, dureza de corazón, excesiva autoexigencia).

VINE… la estrella del autoritarismo ¡esto se hace porque lo digo yo y si yo digo que no se cambia pues NO HAY CAMBIO QUE VALGA! y no hay más nada qué hacer. Aunque parezca un caso extremo… nos podemos ver implicados en estas ideas en cualquier momento, es muy fácil, en lugar de adaptarnos, nos aferramos a nuestras ideas arcaicas y férreas como si esto fuera lo que más nos da la estabilidad y lo único que conseguimos es una gran rigidez y desfase con los acontecimientos y las relaciones personales. Sin embargo, la esencia nos aporta el valor de liderar cualquier cambio o transformación ya no a nosotros mismos sino a los demás, a un grupo o, incluso, a gran parte de la sociedad.

¡Menos mal que tenemos a mano las maravillosas florcillas para pasar por las turbulencias con calma y serenidad!