domingo, 19 de agosto de 2012

Estado terminal


Hoy te voy a contar la historia de mi amado perro Japy (este es su verdadero nombre, aunque todos creen que es “Happy” del inglés “feliz” y seguro que es más apropiado: es verdad que ha sido y ha hecho feliz a quien ha estado a su lado), un magnífico pastor alsaciano (como el alemán pero todo rubio) cruce con collie.

Se cruzó en mi camino con 15 días hace casi 15 años y, desde entonces, ha sido una constante en experiencias inesperadas y maravillosas. Pensaba que yo cuidaría de el, pero…. ha sido el, con su intuitiva sabiduría y silencio, el protector y guía que, principalmente, me ha hecho vivir en el mágico aquí-ahora, me ha enseñado a escuchar la voz del silencio, la sencillez de la vida y de los sentimientos más puros, a que funcione el reloj biológico que todos tenemos en desuso y ¡tantas cosas más! inimaginables para alguien que no ha tenido la vivencia de esta compañía.

Como la vida de estos compañeros-hijos-amigos es tan corta, normalmente, he tenido muy presente el momento de su partida aunque ahora me he dado cuenta de que ha sido solo de una forma mental porque, hace unos días y aunque todavía se valía por sí mismo (y menuda dignidad que tiene), parece ser que le ha dado un pequeño ictus que le ha dejado postrado… y a mí, completamente desarmada, apenas estoy reaccionando en estos últimos días pues vi de una forma evidente y palpable la posibilidad de que “ya no estuviera”…

Para ellos, es un proceso natural de la vida y solo les afecta… nuestra reacción que suelen no entender y es lo que les asusta; los primeros días y según el consejo de Lola, le di IMPATIENS para el dolor (es más potente que la morfina, dado cada 5 minutos) WALNUT para adaptarse a la nueva situación, HORNBEAM para revitalizarle y CHESTNUT BUD para evitar que se vuelva a repetir y asimilar mejor los alimentos. Luego, como hace mucho calor, le puse en el vaporizador (en el "fufu") REMEDIO RESCATE para reponerse de la situación en general y CRAB APPLE para aumentarle las defensas, al que últimamente he añadido ELM por la situación desbordante y para los dolores pues tiene artrosis.

Según han pasado los días, ha ido mejorando su estado físico pero no el emocional el cual se veía claramente que estaba entrando en una buena depresión, por lo que le hice un nuevo preparado con GENTIAN, MUSTARD y GORSE para levantar el ánimo y generar esperanza y ASPEN para los miedos a lo invisible, al nuevo mundo…  Entre unas cosas y otras ha mejorado bastante aunque su energía vital continua decayendo (es como si me dijeran que ya no puedo hacer nada más sino vivir el momento y dejarle ir...).

Este impase de espera nos ha valido para adaptarnos, tanto el como yo; a mi me está enseñando la lección más importante: que la muerte significa el nacimiento a otra vida, que lo que veo ahora  físicamente se convertirá en un espíritu intemporal… (de hecho ya le siento aunque esté lejos de su cuerpo, se hace notar ¡y tanto!), que la vida es muy corta y lo que no se aprovecha mientras ocurre…. luego ya no se puede atrapar.

Como a los seres humanos, a ellos también les ocurre que, algún tiempo antes de morir, su espíritu ya está saliendo del cuerpo en muchas ocasiones por lo que se pueden mostrar más “como de aquí”, más egoicos, huraños, malhumorados, quisquillosos... lejanos; hemos de tener esto en cuenta pues “no son ellos realmente” sino una pequeña proyección residual de sí mismos, el pequeño ego que se resiste a morir, porque sí son los egos los que van a desaparecer. Esto explica porqué decimos “hay que ver cómo ha cambiado ¡si no parece el mismo!” cuando están en ese umbral sea de forma consciente o inconsciente (nadie se muere "de repente").

Por otro lado, creo que casi todos, inmediatamente me hablaron de la eutanasia, como el que se pone una tirita… llegado un momento podría ser pero en estos días, no lo he visto, le he visto demasiado vivo como para llegar a ese punto además de que ha mejorado. Hay algo muy importante que se pasa por alto con este tema y es el desconocimiento de lo que “ocurre después”, se piensa que se pone una inyección y ¡ya está!

Pero la vida continua y para el suicida o el animalito que se sacrifica, algunas veces sin justificación, su espíritu pasa a un estado intermedio que no es ni el físico ni a donde debería ir, un lugar que está aquí pero sin cuerpo físico… con lo cual ni le vemos, ni se puede comunicar, ni tocarnos… y como el cuerpo físico amortigua las emociones, al no tenerlo ¡se multiplican las emociones, dolores, deseos, ansiedades, angustias….! Y no se puede aplicar ninguna solución…. así hasta que llega la hora en que sí le corresponde partir y es, solo, entonces cuando se libera de esa situación. Esto lo dicen los más acreditados maestros, investigadores de los mundos invisibles así como la experiencia de una persona muy especial que le ha ocurrido lo mismo con su gato, muerto por una enorme paliza injustificada. Y para muestra, un botón: el famoso caso de Ramón Sampedro que "visitó", supuestamente, a su amiga en el programa de la médium Anne Germain, encaja perfectamente lo que dijo con lo que acabo de exponer…

Ni mucho menos trato de ser moralista sino de aportar mis experiencias y conocimiento. Avisar de que no es todo lo que parece o lo que nos quieren hacer creer, es como los microondas que se han colado en todas las casas o el rayo laser… pero nadie nos ha dicho cuales son las contraindicaciones… ¿estaremos sirviendo de conejillos de indias o a causas mucho más negras??? (como las hipotecas subprime que nos tiene a todos doblegados).

En definitiva, un estado terminal es un momento único, especial e irrepetible, la antesala del infinito, de la vida misma…. Si vencemos los miedos y bloqueos nos encontraremos con una verdadera explosión de VIDA.

Y la lección que más me ha impresionado: que el sufrimiento es... purificación. (el sufrimiento como experiencia, no el autoimpuesto, éste además de no estar justificado, está generando más karma, para ello conviene tomar CENTAURY, PINE, ROCK WATER).