El doctor Bach repitió, muy a menudo, que lo más grave que
podemos hacer es manipular la voluntad de los demás y lo segundo peor… dejar
que nos la manipulen. En cambio, por regla general, en la mayoría de las
relaciones funciona esta norma a la perfección y desde el estamento más alto de
la sociedad hasta las capas más inferiores.
Cuando era pequeña tenía la feliz ilusión de que cuando se
ama a una persona, ipso facto, se recibe el mismo tipo de sentimiento, pero la
regla general es muy distinta, incluso algo que me sorprende, funciona mucho
mejor lo de “cuanto más interesante me hago y menos caso te hago a ti, más pendiente
estás de mi” o al revés “cuanto más agradable soy contigo, más derecho crees
tener a que sea así ¡o más!”. Es decir, llegamos a un punto en las relaciones
sociales que solamente llegan a funcionar en la medida de lo que aportan como “beneficio”.
De esta forma nos encontramos con hijos de hasta muy corta
edad que manejan a los padres con la gorra, padres que manejan a los hijos de
mil formas distintas para “llevarles por el buen camino”, ya no digamos nada en
el tema sentimental-emocional-amoroso, amistades por intereses, etc….
Y lo peor es que todo este montaje está creado por los egos
o tendencias inferiores trabajando con ferviente interés a espaldas del
espíritu, de modo que el Ser auténtico, la esencia queda relegado a un pequeño
rincón, olvidado de todos, es decir, nos convertimos en presa y completamente al
margen de nosotros mismos…………………………………………………………………..
Y todo ¿por qué? ¡Por no atrevernos a ser nosotros mismos, a
llevar la Verdad, la Libertad… el Amor hasta donde haga falta y hacer lo que
sea necesario para que florezcan en su más espléndida naturaleza! Es decir, ser
el Ser, lo que realmente Yo Soy.
Para que esto no ocurra o para tomar conciencia, vamos a ver
qué flores nos ayudan:
CHICORY, la estrella por excelencia de la manipulación
emocional o para desarrollar el Amor maternal universal (también válido para
los padres).
HOLLY, por supuesto, para el Amor Universal o para erradicar
el desamor en todas sus vertientes.
VINE, para la única visión sobre un tema y la cerrazón en
perseguirla, o el dominio sobre una situación.
BEECH, cuando algo o alguien nos desagrada por alguna
cuestión “aparente” y lo rechazamos de plano.
WATER VIOLET, porque somos tan autosuficientes que nos
valemos y bastamos solos.
CHESTNUT BUD, cuando “pasamos” de aprender nuevas vivencias creyendo
que ya lo sabemos todo.
AGRIMONY, para ser sinceros con nosotros mismos y no falsear
las situaciones.
Como siempre, este es un ejemplo, porque podrían ser muchas
más, dependiendo de cada persona. Incluso, cualquiera de ellas nos lleva
siempre a la toma de conciencia.
Entonces, sería un muy buen ejercicio, en este tiempo
prenavideño, empezar a practicar para desarrollar el Amor y vivir esta fiesta
en su pleno sentido.