viernes, 26 de octubre de 2012

Flores para el tránsito y el duelo


Cuando en la vida acontece un cambio más o menos grande, siempre vivimos un proceso de tránsito y duelo, de alguna forma, aunque no llegue a ser una experiencia del paso al más allá, incluso pueden ser vivencias tan o más complejas que el definitivo paso a los mundos invisibles.

De hecho, la vida es puro cambio, nada permanece quieto sino que todo se mueve, cambia pero normalmente cuesta mucho adaptarse a esos cambios sobretodo, cuando nos identificamos tanto o nos sentimos tan cómodos o, incluso felices en la etapa anterior. Pero ocurre una paradoja: venimos a este plano para aprender y por lo tanto, tenemos experiencias que, al principio cuestan, son complejas pero poco a poco, nos vamos haciendo a ellas, las vamos dominando, aprendiendo a manejarlas y a sentirnos, cada vez más, a gusto con ellas hasta llegar a una culminación en que es una situación estable, ideal… en algunos casos, perfecta, de forma que nos pasaríamos toda la vida en esa forma de vida.

Pero es, precisamente en ese momento cuando ya se ha obtenido toda la riqueza de la experiencia y corresponde emprender otras nuevas y todo lo que conlleva. Entonces, como seres racionales que somos, llenos de tendencias que se aferran a lo conocido, a lo fácil, al pasado, comenzamos la más dura de las batallas: ideas enfrentadas, emociones que no paran y que se resisten a lo nuevo, convirtiendo la etapa, incluso, en un calvario para conseguir más sufrimiento en ese cambio o, incluso, no darlo, que sería lo peor.

Sería como el niño que está muy bien en un curso y se niega de todas las formas a pasar al siguiente…

Pero contamos con la ayuda inestimable de las flores:

WALNUT, la famosa flor para los cambios. Nos ayuda a adaptarnos a las nuevas circunstancias, a tomar nuestras propias decisiones /y no lo que quieren los demás) y nos protege de influencias perversas que pueden querer lo contrario de lo que nos conviene.
SWEET CHESTNUT para cambios mayúsculos, donde renace un nuevo ser, una metamorfosis auténtica.
LARCH, para tener la suficiente seguridad en uno mismo e ir pisando sobre seguro.
REMEDIO RESCATE, en los grandes cambios, además de reforzar a las demás flores actúa en los momentos más difíciles con mucha eficacia. Cada una de las flores que lo componen nos ayuda en estos procesos.
CHICORY muy importante para desarrollar el amor verdadero, que da sin esperar nada a cambio y fluye armoniosamente entre las distintas etapas. Para soltar y el desapego emocional.
GENTIAN, permite elevarnos a regiones donde conectamos con el infinito, lo estable, lejos de materialidades y apegos aparentes.
HOLLY, también nos ayuda a desarrollar el amor universal y evita la rabia, odio, el sentimiento de abandono, de no sentirse querido, etc…
PINE, como no, aprendemos de la experiencia sin culpas.
RED CHESTNUT, corta los lazos emocionales que no nos permiten avanzar.
HONEYSUCKLE, nos sitúa en el presente y crea una imagen exacta del pasado pues, a veces, lo hipervaloramos como otras nos ata alguna fase más negativa.
WILLOW, para la rabia oculta, escondida, contra el destino que parece implacable en contra de nuestros deseos. Nos ayuda a ver el lado más benevolente.
BEECH, resistencia a lo nuevo, viéndolo como un peligro, un enemigo, siendo una imagen falsa.
AGRIMONY, ayuda a sacar la angustia interna, armoniza el interior y acepta la nueva etapa.

Seguramente podría seguir con varias más pues depende, también, de cada persona. Estas son solamente un ejemplo del trabajo que desarrollan y de cómo nos pueden ayudar.

En el último tránsito de esta vida no sufriríamos ni lo plantearíamos como se hace si tuviéramos todo el conocimiento e información sobre el. No deja de ser un simple cambio y lo más paradógico: el ser que se va “no desaparece” solo por el mero hecho de que no le vemos, exactamente es lo que ocurre: dejamos de verle, a los ojos físicos, pero no en los internos; es una pequeña o gran transformación, pero trasformación, al fin y al cabo.

Tanto la persona que se va como quien se queda, pasan por etapas muy similares pero indudablemente enriquecedoras si pudiéramos verlas como realmente son: viviendo el momento presente, el mágico aquí-ahora, únicamente.

Como dice Leadbeater, reconocido y prestigioso clarividente, en su libro A los que lloran la muerte deun ser querido : “La actitud de duelo es una actitud ignorante y estéril. Cuanto más sabemos, más completa será nuestra confianza, porque sentiremos con certeza absoluta que nosotros y nuestros difuntos somos iguales en las manos del Poder perfecto y la Sabiduría perfecta dirigidos por el Amor perfecto.”