viernes, 17 de julio de 2009

Rigidez mental

Las estadísticas dicen que una mayoría, con diferencia, se preocupa por este término: rigidez mental y me ha llamado mucho la atención, preguntándome el porqué y creo que es fácil deducirlo.
La rigidez es una actitud firme, fija, totalmente opuesta... al cambio y la mente es la poderosa arma que utilizamos en occidente y, sin embargo, la que nos hace perder la conexión con... la fluidez de la vida. Terminamos por ver las cosas desde un punto de vista tremendamente personalista e, incluso, alejado de la auténtica realidad.
De modo que terminamos con esa rigidez mental casi sin darnos cuenta y ¿porqué? cuando la vida es puro cambio, cambio continuo: nacemos, crecemos... menguamos; cambiamos de colegio, de casa, de trabajo, en el trabajo también se cambian de dirección, de sección; las vacaciones son otro buen cambio; de pequeños, en el mejor de los casos, vivimos con nuestra familia, más tarde nos independizamos, vivimos con nuestra pareja, vienen los hijos, estos crecen y se terminan yendo...; después de vivir la experiencia de haber formado una familia, en muchas ocasiones, volvemos a quedarnos solos, volvemos a encontrar otra persona, a formar otra familia... por no hablar del cambio definitivo a otra dimensión.
Hoy más que nunca, más que cambios parece que hay torbellinos, cambios vertiginosos, parece como si alguíen estuviera pisando el acelerador a fondo.
Dicen los que más saben que se ha acelerado la evolución y lo que antes se vivia en una vida, ahora hemos de vivir en una lo que equivale a tres o cuatro vidas, es decir, todo acelerado, antes se nacía una familia, se fundaba otra, se tenía un trabajo ¡para toda la vida! y ahora ¿quien mantiene todo lo que tenía hace 10 años?
Por lo tanto no es de extrañar que, ante tanto cambio, por muy bueno que sea y aunque tenga las mejores perspectivas, a uno le entre un pánico repentino (rock rose) o algún trauma antiguo no le deje ver con perspectiva (star of bethlehem) aunque la flor estrella para el cambio, tan famosa ella, es walnut, nos ayuda en esa adaptación tan necesaria y tan presente casi en el día a día. Si el cambio ha sido muy brutal nos ayudaría sweet chesnut, si hay resistencia es beech, si no queremos ver la realidad y la disfrazamos como si no pasara nada utilizaremos agrimony y si nos resistimos porque no queremos saber nada emplearemos chesnut bud.
Aunque para la rigidez mental, propiamente dicha, es el agua de roca (rock water) pero como las flores son tan versátiles posiblemente hay más flores que se pueden emplear a nivel personal.
De todos modos convendría meditar en esto y, además, observar a los niños, son esponjitas que solamente reciben lo que ocurre en el exterior, no se hacen pre-juicios ni están pensando en lo que ocurrió ayer y tampoco en lo que va a pasar mañana, cuando hacen algo emplean los siete sentidos (y si hay algunos más también) y, en definitiva ¡son felices! quizás ahí esté la clave.