viernes, 11 de diciembre de 2009

Cuando soy débil es cuando soy más fuerte

Esta frase la dice San Pablo haciendo referencia a esos momentos críticos en que llegamos a la extenuación completa y ya no quedan fuerzas para luchar, cuando desde el fondo del alma surge el grito de ayuda y… entonces se opera el milagro, cuando surge esa luz vigorosa o la respuesta más sencilla pero más genial que nos eleva a las cumbres.
Y esto ocurre porque, normalmente, el hombre adulto se comporta como si fuera el único ser en el mundo, autosuficiente, arrogante, poseedor de la última verdad pero cuando atraviesa un problema grave o una crisis existencial ¿Quién es? El sentimiento es el de no ser nadie o no tener fuerzas para nada pero, normalmente, esa prueba consiste en que surja esa repentina humildad… para que se manifieste la divinidad que llevamos dentro, es decir, sacrificamos las tendencias inferiores tan limitadas y superfluas para sacar a la luz la fuerza que viene del infinito y de la cual guardamos una chispa en nuestro ser más profundo.
Cada vez estoy más convencida de que los problemas o crisis se presentan para que practiquemos esa tan necesaria humildad, para “pulirnos”, desprendernos de tendencias que ya no nos son útiles. Lo que ocurre es que, a mayor resistencia al cambio, más padeceremos en ese desprendimiento…
La solución más clara está en no oponer resistencia, dejarse llevar y elevarla vibración lo más posible tanto en sentimientos como pensamientos ¡todo uno! Cuanto más nos acerquemos a las regiones de la LUZ y el AMOR más fácilmente veremos las soluciones a nuestros problemas o conflictos.
Es una forma un poco enrevesada de explicar lo que dijo el doctor Bach con respecto a la solución de los problemas: que la solución se encuentra en un nivel superior de conciencia al que se creó el problema, es decir, “de lejos se ve más claro” o, no por darle vueltas a las crisis va a salir la solución sino que es buscando otras opciones o dejando antiguos hábitos. Normalmente las crisis o la solución de problemas pasa por un cambio en la actitud o en la forma de vida. Y para ayudarnos en ese tránsito vamos a ver qué flores nos pueden ayudar.
WALNUT, la famosa flor para los cambios, imprescindible para la adaptación a la nueva situación además de ayudar a “cortar” los lazos antiguos además de hacernos ver la meta claramente sin que interfieran otras opiniones no necesarias.
HONEYSUCKLE, nos hace vivir en el presente, nos actualiza y dejamos de pensar en aquello de “cualquier tiempo pasado siempre fue mejor” aptitud que envejece una barbaridad por lo cual aplicando unas gotitas en la piel ¡elimina o atenúa las arrugas!
PINO, para evitar el sentimiento de culpa que puede acarrear el tomar decisiones de las que no hay vuelta de hoja.
GENTIAN, para el pesimismo o para tomar distancia y ver que ¡no es para tanto!
LARCH, para una mayor confianza en sí mismo y emprender y tomar las nuevas decisiones con seguridad.
SWEET CHESTNUT, para sobrepasar la extrema angustia y renacer como el ave fénix...
RESCUE REMEDY cubre un amplio campo en traumas, pánico, huida, temor a perder el control o una gran impaciencia, nerviosismo.
En realidad, cada una de ellas puede valer para según qué casos por lo que te remito a repasar cada una de ellas o si me preguntas, podemos buscar la solución juntos.
Quiero hacer una mención especial al equipo de la inmejorable revista gratuita UNIVERSO HOLÍSTICO, felicitar y agradecerles su buen hacer y, en especial, en el último número 22 de diciembre en el que insertan un artículo titulado “Flores de Bach contra la violencia de género” de Federico Sánchez y Nieves Marín ¡excepcional! ¡no te la pierdas! Además de verla, la revista también se puede descargar.

2 comentarios:

Pilar Vidal Clavería dijo...

Querida Puri,

Comentando las Flores de Bach que apuntas en esta entrada me gustaría añadir una que personalmente me ha ido bien utilizar en esta semana, ha sido Willow, nos enseña en las crisis personales a apartar ese punto interior de resentimiento que aparece hacía los demás cuando no hacen lo que creemos que es lo mejor para nosotros.

De entrada asociamos las crisis a una adversidad y es después cuando le damos las gracias por ayudarnos a crecer, de ahi que Willow nos ayuda a aceptar sin las quejas ni los resentimientos que lanzamos hacía los demás y que como un boomerang vuelven hacia nosotros.

Un abrazo

puri dijo...

Querida Pili, muy interesante tu aportación, cuanto y más si vemos al que nos molesta o perjudica como alguien ajeno siendo, realmente, un reflejo nuestro, además de que "todos somos UNO". Por otro lado y, tomando en cuenta que la vida es como un teatro, esa persona inoportuna seguramente es alguien que está interpretando ese díficil papel para que actuemos como realmente deberíamos... pero, tambien ¡para eso están las flores!
Aprovecho para poner una nota sobre el fantástico artículo de Universo Holístico y es que la violencia de género también la sufren ellos.
Abrazos.