sábado, 1 de noviembre de 2008

Cómo conocí las flores

Una buena amiga, argentina por cierto (esa gente nos adelantan pero en mucho), hace ya muchos años me habló e insistió sobre las flores y, aún así, no le hice caso pues ¡hay tantas cosas a las que prestar atención!
Tiempo más tarde abrimos una tienda mi pareja y yo con la idea de que fuera un compendio de todo lo relacionado con la mejora personal tanto a nivel físico como espiritual para lo que estaba formada, resumiendo un poco, por librería, herbolario, sección de belleza, cursos y conferencias. Al poco de abrir la tienda apareció una terapeuta floral, Mayce (actualmente somos amigas o, casi diría que hermanas) la cual nos ofreció su colaboración para pasar consulta de las flores así como cursos o conferencias a lo que accedimos gustosos.
¿Que ocurrió? que en lo que venía y se preparaba, me explicaba cómo funcionaban las flores, incluso ofreciéndome alguna consulta o consejo sobre cual flor me convenía tomar. Ahora lo recuerdo con una sonrisa pues es lo que hago yo ahora por lo que deduzco que la persona "impregnada" por el mundo floral lo que quiere, por encima de todo, es divulgar ese maravilloso conocimiento.
En aquel momento, he de reconocer, que la miraba con un poco de escepticismo por lo mismo que no hice caso a mi amiga : no quería dispersar en adquirir conocimientos (la tienda ofrecía un sinfín de materias tremendamente interesantes) y también pensaba que podían ser temas insustanciales o superfluas ¡?
Pues, comenzando a rodar la tienda, me empieza a llamar la atención que, los mismos clientes me hablaban de las flores: que si yo tomo tal, que si a mi me paso tal cosa y se solucionó con tal flor, hasta que por dos veces me dijeron dos personas distintas entre sí que habían salido de una depresión profunda de años gracias a las flores que ¡ningún medicamento ni terapia había conseguido ese resultado! esto sí me impresionó pues la mayor meta que tengo es poder ayudar a los demás a salir de sus baches y considero que son más importantes los baches del alma a los del cuerpo (aunque también tomo a este en cuenta) por lo que, ahora sí, comenzó mi atención a desplegarse.
Por otro lado y, a lo largo de toda la trayectoria de la tienda, es como si la vida me dirigiera por ese camino: la inestimable ayuda de Mayce que, incansablemente, me hablaba, me aconsejaba, me hacía preparados de las flores... personas que me contaban sus experiencias, cursos a los que nos invitaban, libros que empecé a ojear y luego a estudiar... parecía como si la vida me hablara a gritos desde todos los puntos cardinales... sobre lo mismo: las flores de Bach.
Hasta el punto en que alguna vez ¡hasta soñé! con la flor que necesitaba o que, realmente, es mi flor-tipo, soñé con el doctor o ¿fué una experiencia real? no me extrañaría porque el ¡fué el primero en tener un gran empeño en divulgar este magnífico hallazgo! y estoy completamente convencida de que, actualmente, nos sigue "soplando" en esa dirección.
Aunque sí me "enganché" al tema todavía no había andado ni la mitad del camino; en aquel entonces ¡ni se me había pasado por la cabeza llegar a donde me encuentro hoy! en cierta forma, de manera fortuita me encuentro realizando el trabajo de mis sueños: ayudando a los demás en sus "noches oscuras" con un material tan sutil, elevado y ¡sin contraindicaciones! y con mis títulos de practitioner, de la fundación Bach: no lo tomo como un mérito sino como un grandísimo honor y una gran responsabilidad en desarrollar ese conocimiento de la forma más adecuada y ofrecerlo como ayuda a los demás.
Gracias a Edward Bach, ese gran visionario, médico y filósofo que supo captar la maravillosa curación que emana de las flores, hoy estoy aquí impartiendo cursos, dando charlas o conferencias, consultas y, lo que más me gusta, aconsejando, contando y difundiendo esta imprensiónante medicina del futuro.
Gracias eternas, Edward, por tu magnifica labor, las semillas que dejaste y por tu protección e influjo...

No hay comentarios: